El vacío del desierto se ha hecho más evidente que de costumbre. Pocos minutos antes del comienzo del Madrid – Barça, decenas de niños se apiñan para poder disfrutar del evento en uno de tantos beits, un humilde y desecho local al que llaman Restaurante Corte Inglés.
Algunos jóvenes han tenido suerte y pueden disfrutar sentados en una sillas de plástico, muchas medio rotas. Otros se apilonan encima de las mesas y a los más rezagados no les queda otro remedio que ir salteando cabezas desde la puerta del recinto para ver el televisor. Como si se tratara de su selección, gritan con sentimiento, se enfadan con el equipo contrario, celebran al máximo los goles. Intimidados, los que visten la camiseta del Real Madrid miran de reojo a los de la blaugrana.
Mohamed Salem, de 14 años, nunca ha tenido una camiseta, pero sigue al equipo catalán con fanatismo. Sin embargo, aunque parece que el fútbol lo es todo para ellos, los jóvenes de la wilaya no olvidan que viven en un campo de refugiados. Como representación de la juventud de su generación Mohamed nos afirma que no temen a la guerra y que estarían dispuestos a enfundarse con las armas y luchar por un territorio que hace más de 35 años que reivindica su autodeterminación.
Durante la entrevista con el Gobernador General de la wilaya de Aaiun, Mohamed Lamin nos reconoce que estamos enfrente “de la generación más extremista”, aunque des del Frente Polisario niegan que la guerra sea su primera opción para solucionar el conflicto. No obstante, la alternativa bélica no es un tema que entre las diferentes generaciones hablen con naturalidad.
No resulta fácil compartir opiniones. Por una parte, el Frente Polisario propone un referéndum como medida para resolver el conflicto, donde el pueblo pudiera escoger entre declararse un territorio integrado, autónomo o independiente. Pero sumamos otro, y no el último problema. ¿Quién puede votar? Saharauis exiliados, los marroquíes o los saharauis que viven en los territorios ocupados.
Al otro lado, está la nueva generación, que nacidos ya como refugiados, no soportan alargar más la situación. “Nosotros vamos a volver a la guerra” aunque los resultados de la votación popular fueran negativos, se envalentonan a decir los más jóvenes. Pese a que el Frente Polisario ve complicado que Marruecos acceda en un corto plazo de tiempo al referéndum por lo que no descarta la toma de armas. “Hay que elegir el momento oportuno” añade el gobernador de la wilaya.
Algunos jóvenes han tenido suerte y pueden disfrutar sentados en una sillas de plástico, muchas medio rotas. Otros se apilonan encima de las mesas y a los más rezagados no les queda otro remedio que ir salteando cabezas desde la puerta del recinto para ver el televisor. Como si se tratara de su selección, gritan con sentimiento, se enfadan con el equipo contrario, celebran al máximo los goles. Intimidados, los que visten la camiseta del Real Madrid miran de reojo a los de la blaugrana.
Mohamed Salem, de 14 años, nunca ha tenido una camiseta, pero sigue al equipo catalán con fanatismo. Sin embargo, aunque parece que el fútbol lo es todo para ellos, los jóvenes de la wilaya no olvidan que viven en un campo de refugiados. Como representación de la juventud de su generación Mohamed nos afirma que no temen a la guerra y que estarían dispuestos a enfundarse con las armas y luchar por un territorio que hace más de 35 años que reivindica su autodeterminación.
Durante la entrevista con el Gobernador General de la wilaya de Aaiun, Mohamed Lamin nos reconoce que estamos enfrente “de la generación más extremista”, aunque des del Frente Polisario niegan que la guerra sea su primera opción para solucionar el conflicto. No obstante, la alternativa bélica no es un tema que entre las diferentes generaciones hablen con naturalidad.
No resulta fácil compartir opiniones. Por una parte, el Frente Polisario propone un referéndum como medida para resolver el conflicto, donde el pueblo pudiera escoger entre declararse un territorio integrado, autónomo o independiente. Pero sumamos otro, y no el último problema. ¿Quién puede votar? Saharauis exiliados, los marroquíes o los saharauis que viven en los territorios ocupados.
Al otro lado, está la nueva generación, que nacidos ya como refugiados, no soportan alargar más la situación. “Nosotros vamos a volver a la guerra” aunque los resultados de la votación popular fueran negativos, se envalentonan a decir los más jóvenes. Pese a que el Frente Polisario ve complicado que Marruecos acceda en un corto plazo de tiempo al referéndum por lo que no descarta la toma de armas. “Hay que elegir el momento oportuno” añade el gobernador de la wilaya.
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